Bendito alquiler de coche (qué depresión devolverlo esta mañana!), bendito fin de semana en Málaga.
He recargado fuerzas (de las psicológicas, porque de las físicas... vaya paliza!), me he reencontrado con una vieja amiga y con mi antiguo yo, he contado y escuchado historias de los últimos 7 años, he disfrutado de una noche diferente, del calor de Málaga y he vuelto con aires renovados.
Sólo espero que dure, porque lo necesitaba.
Qué suerte haber visto a Blanca y a Darío.
Qué suerte no perder el contacto después de no habernos visto en 7 años.
Qué suerte que me inviten a su boda.
Qué suerte amigos así.
¡Qué suerte!
3 comentarios:
Cambia la vida, en 7 años. Pero queda lo más importante. Quedas tú. Tú que ni te acuerdas de ti. Que no te reconoces casi en algunas de las historias que te cuentan. Y los amigos. Y es una suerte, tener amigos amigos. Yo, de 7 años para acá, conservo muy pocos. Pero me gusta cuidaros. Porque sois el aderezo de la vida.
Sí, qué suerte, y cuánto me alegro por ti (y por ellos, que tienen un tesoro en tu amistad).
Besos cálidos, angelito mío!!
Yo me alegro mucho también Bea!!!
Los embates psicológicos son más fuertes y si te has puesto las pilas en este sentido, no te preocupes demasiado de las fuerzas físicas, que te recuperarás pronto, seguro. Tú, una mujer de rompe y rasga. Todoterreno.
¿Usaste gps o guía campsa o el método de siempre:
perderse y preguntar y volverse a perder...quizá?jejejeje...
Muchos besetes!!!
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