Te vas

Aún no lo sabes, pero dentro de un mes ya no estarás aquí. Sé que va llegando el momento de despedirnos, pero no sé qué decirte, no sé qué sentir.
No sé si quererte por largos años de tortillas "guarripiñás", por enseñarme a jugar a los ceritos y a los números, por construirme un columpio y colgarlo de los pinos para que mis primos y yo pudiéramos jugar, por los domingos en el campo, por tus chistes malos, tus anécdotas repetidas mil veces, por tu "mascota" o por ir siempre que te lo pedía a buscarme en el coche.
No sé si odiarte por tus malos modos, por los insultos, por insinuar que las mujeres son peores que los hombres, por no seguir hablando conmigo cuando crecí, por hacerme guardar silencio cuando había fútbol en la tele, por la primera navidad triste que nos hiciste pasar innecesariamente o por haberme enseñado durante dos años a llorar a escondidas o con una semisonrisa en los labios sin que nadie se diera cuenta.
No sé si odiarme yo misma por no haber sabido entenderte, por no haberte dado más besos y abrazos, por pensar que te quejabas por gusto o por haber deseado en más de una ocasión que te fueras.
Pero sobre todo, no sé qué te diré cuando te des cuenta de que te vas para que lo hagas con la certeza de que en el fondo te quiero y que no quiero que sufras.
Te vas en un mes y no sé que sentir. No sé qué decir.
Te vas y solo me queda esperar que se hayan equivocado en tu fecha de caducidad.