06 febrero 2007

Ya no te acuerdas

Hoy, cuando volvía a casa después de pasarme la tarde entera con Manuel en un centro comercial, aparqué el coche donde siempre y, como siempre, me dirigí hasta la puerta de mi casa. A penas había dado cuatro pasos cuando ví una cara que me resultaba conocida. Al principio me quedé un poco sorprendida y pensé "no puede ser...", pero sí podía ser. Era J.C., el chico con el que, en otros tiempos, compartí las ganas de cantar y pasarlo bien de festival en festival y de mini-concierto en mini-concierto.
Hace ya 11 años que me apunté con una amiga a un festival de la canción que se organiza todos los años por estos lares. Se hace en verano y la intención es pasar un rato agradable y sacar dinero para colaborar con misiones humanitarias (construcción de escuelas, pozos, etc. en países menos favorecidos). Muchas de mis amigas de aquel entonces (las mismas que hoy casi ni me llaman) me animaron a que me apuntase, pero como me daba mucha vergüenza cantar encima de un escenario yo sola, convencí a otra con la que solía cantar para presentarnos juntas (nos reuníamos todos en una plaza a comer pipas y a hacer gorgoritos... igualito que hoy :P). En fin, que nos apuntamos a aquel festival y, al contrario de lo que yo pensaba, pasamos a las semifinales con una canción de The Corrs. Logicamente no pasamos de ahí, pero nos lo pasamos en grande y conocimos a un montón de gente, entre ellos a J.C. y a su grupo. Ellos escribían sus propias canciones, las grababan y hacían actuaciones en directo en varios bares de la ciudad. Recuerdo que en aquella época me pasaba las tardes de los jueves discutiendo con mi madre porque decía que esas no eran horas de salir a ningún sitio y yo intentaba explicarle que solo iba a ver cantar a unos amigos (al final siempre conseguía ir). Los viernes y sábados se repetía la jugada.
Con el tiempo fuimos cogiendo más confianza y a veces quedábamos J.C. y yo por las tardes y charlábamos de música, de nuestras cosas, me enseñaba las letras de las canciones y yo le daba ideas. Una de esas muchas tardes J.C. me contó que tenía pensado irse de viaje a Madrid durante unos días a ver a una amiga y a intentar colar alguna maqueta del grupo por la capital. Yo le comenté la envidia que le tenía, porque por aquel entonces yo solo había soñado con poder viajar y no me había movido de mi tierra (luego le pillé el gustillo...), pero mis envidias nunca han sido muy malas y le deseé que se lo pasara muy bien y que tuviera suerte. Me prometió que me traería algo de regalo y así fue. A su vuelta me contó que todo lo que le había ocurrido esos días había sido súper especial y que había sido todo tan intenso que había escrito una canción en el camino de vuelta y que ese era el regalo que me tenía: cantar conmigo esa canción. Fue uno de los detalles más bonitos que han tenido conmigo en toda mi vida, me hizo una ilusión... y cuando escuché la melodía y leí la letra la idea me gustó aun más.
Nos pasamos un par de tardes haciendo cambios en la letra, en la melodía y demás y al final J.C. habló con los del grupo para que yo pudiera cantar con ellos en una de sus actuaciones el fin de semana. Le dijeron que querían oirnos primero para ver si lo hacíamos bien y debió de gustarles bastante porque canté con ellos durante dos semanas! Eran solo 5 minutos, pero para mi significaba muchísimo. Después de esas semanas hubo un problemilla con los del grupo y poco a poco fueron dejando de cantar y se disolvieron. Antes de que eso ocurriera, me presenté de nuevo al festival con una canción que ellos me cedieron (Dices). Aun no había superado mi miedo escénico y de nuevo me presenté con una amiga. Ese año conseguimos colarnos en la final. Con el tiempo, todos fuimos perdiendo el contacto. Me despedí de J.C. un mes de septiembre (ironías de la vida) cuando se marchaba rumbo a Madrid, a buscar una oportunidad en el mundo de la música. Más tarde le ví en la tele, en una edición de OT. Me alegré mucho por él porque sabía que ese era su sueño. Desde entonces no había tenido noticias de J.C., hasta hoy, cuando le vi cruzando la calle cerca de mi casa.
Todas estas cosas pasaron por mi cabeza en pocos segundos, antes de saludarnos, abrazarnos y contarnos un poco de nuestras vidas. Dice que el sueño de cantar aun lo lleva por dentro, pero que tiene que pagar una hipoteca y que ese sueño no le da de comer, así que está trabajando de lo suyo por aquí y en sus ratos libres ayuda a un amigo que tiene una discográfica (uno de los del grupo). La casa se la ha comprado cerca de donde vivo yo, así que nos hemos dado los teléfonos, para quedar.
No sé si finalmente quedaremos, pero me ha parecido súper curioso encontrarme con él y recordar todo esto justo unos días después de volver de mi viaje a Madrid. La experiencia que él vivió en aquel entonces es diferente a la mía, pero sé que fue tan especial como la que he vivido yo.

Ya no te acuerdas
Ya no te acuerdas
De aquella tarde en Madrid,
sin saber a dónde ir
dando vida a la ciudad,
dando saltos al andar.
Ya no te acuerdas
de las noches que en silencio
fuimos regalando al tiempo
del septiembre en que tu voz
a todas partes me siguió.
De cada esquina
que cruzábamos temblando
temiedo lo que acabó por suceder.
Ya no te acuerdas.
Ya no te acuerdas
de los secretos rincones
en que guardamos las emociones,
las palabrás, el café
de las noches por beber.
Ya no te acuerdas
de que hablamos del momento
en que fuera tan fuerte el viento
que a tí te hiciera volar
y a mi golpearme hasta enterrar,
de cada trozo que nos fuimos arrancando
que no sé tú, pero yo siempre guardé
Ya no te acuerdas
Ya no te acuerdas
Ya no te acuerdas
Mientras exista alguien que escuche mis canciones,
cada palabra que escribí por ti,
sé que nada, nada va a morirse
y el recuerdo sigue aunque sea solo en mi.
Aunque ya no te acuerdas
ya no te acuerdas.

4 comentarios:

Absurdo Rutinario dijo...

¿Tú has cantado esto?
Me arrepiento ahora de no haber visitado el karaoke.

Pily B. dijo...

Jo,tíaaaaaaa, ¡qué calladito te lo tenías! Pero cómo nos haces esto. Decirnos ahora que sabes cantar y contarnos una historia tan tierna y entrañable. ¡Qué bonitooooooooo! Ay, ay, ay, me ha encantado y sobre todo el semifinal, porque final no hay, ya que os llamaréis (no me importa quién lo haga), y quedaréis y retomaréis algo tan bello como es cantar a dúo y soñar, y ¿algo más? ¿? ¿? ¿? XDDDDDDD

Besos y GRACIAS lo que nos has contado, me ha encantado.

:-**************

Bea dijo...

629, Pily... yo no insistí en el karaoke pq tenía la voz cascada, aun no he superado mi miedo escénico (me sigue dando vergüenza, no lo puedo evitar... con la poca que tengo!!! :P) y por no hacer pasar un mal rato a una persona (no quiero mirar a nadie, ejem...) De todas maneras, tampoco es que tenga una pedazo de voz. Entono y me gusta cantar, nada más ;)
Y me alegro de que te haya gustado, Pily. Ha sido un encuentro de esos inesperados que te hacen recordar infinidad de cosas. Espero que lo de quedar cuaje. Ya os mantendré informados.
La próxima vez que os vea, os cantaré bajito para que no se asuste nadie y para que no me dé mucho corte.
Besitos!

Pily B. dijo...

Jeje, el miedo escénico, eso es lo peor, pero hay que superarlo, mujer, que así disfrutamos todos. ;-)

Ea, y a mí tampoco me hubiese gustado hacérselo pasar mal a nadie, y no miro hacia ningún lado, ejem... XDDDDDDDD pero, nos hubiésemos reídoooooooo. XDDDDDD

Besos, angelito!! (Y si tú quieres, verás cómo cuaja esa kedada ;-))