31 agosto 2006

Solo se vive una vez: Karts



Ayer fue la primera vez en mi vida que monté en Kart. Llevaba mucho tiempo queriendo hacerlo, pero siempre surgía alguna complicación y me quedaba sin hacerlo. Después de que se me pasara el efecto de la adrenalina de haber estado manejando el Kart a toda pastilla, de haber sacado fuera de la pista a alguien que me intentó adelantar en una curva (jajaja, no fue a propósito, es que no le vi), de que casi me sacasen a mí de la pista y de que el coche diera una vuelta en redondo en un derrape (qué bien que me lo pasé!!!!) me puse a pensar...
Casi todas las veces que he querido montar en Kart ha sido con dos personas: mi ex novio y el chico con el que estaba empezando algo. Casi todas esas veces no he podido montar en Kart porque a esas personas no les apetecía (ufff! ir hasta la pista y montar, estoy cansado, quedemos mejor a ver una peli/vayamos a cenar... etc.) y por eso me he dado cuenta de que he le había dado a esas personas un lugar en mi vida que no se merecían... ¿cómo pueden ser tan importantes dos personas tan egoistas? Los dos sabían las ganas que tenía de probar eso de los Karts y ninguno de ellos fue capaz de buscar un momento para ir conmigo. Me reafirmo: me equivoqué con ellos.
Y me he dado cuenta de que me he perdido algo, que he descubierto que me encanta, durante mucho tiempo solo porque dos personas no tenían ganas de acompañarme. He decidido que voy a empezar una lista de las cosas que he querido hacer y no he hecho por no encontrar a alguien con quien hacerlas. La vida solo se vive una vez y quiero vivir todo lo que pueda.
La primera cosa de esa lista es ir a bailar salsa... tendré que poner un anuncio buscando pareja, pero me da igual. Quiero poder ir de vez en cuando a bailar a un pub o regularmente a un curso para perfeccionar, así que me pondré manos a la obra e iré pensando qué ocupará el lugar número 2 de la lista ;)

29 agosto 2006

La sonrisa de un extraño


Hoy me ha pasado una cosa bastante divertida y, además, me ha subido inexplicablemente el ánimo. Habia quedado con mi amiga para dar una vuelta y tomarnos algo, así que cogí el coche y me dirigí hacia mi destino. En la incorporación de una calle pequeña a una avenida, iba cruzando un chico, sería de mi edad, estilo un poco "grunge" y paseando a su perro. El chico estaba cruzando mal y si llego a ir despistada en el coche ambos nos hubieramos llevado un buen susto... pero lo vi a tiempo y frené. Yo me encogí de hombros como diciendo "hijo, a ver si te fijas por donde cruzas"y él me miró con cara de "¡ups!". Nos quedamos mirándonos unos segundos y el chico me sonrió y se encogió de hombros también... Me hizo mucha gracia la reacción y me eché a reir, así que el chico me hizo un gesto de "perdona", mientras me seguía sonriendo y seguía su camino junto a su perro. Es increible esto del lenguaje corporal, a veces nos entendemos mejor así que hablando, porque estoy casi segura de que si le hubiese dicho "mira a ver por donde cruzas" seguro que me hubiera soltado un "y a ti que te importa" o "mira tú por donde vas" y esa situación habría sido mucho menos agradable.
Es difícil de explicar que la simple sonrisa de un desconocido que cruza la calle me pudiera arrancar una risa y contagiarme de alegría, pero es verdad, y me ha alegrado el día.
Ahora entiendo esa frase que dice "No dejes de sonreir, porque nunca sabes quien se podría enarmorar de tu sonrisa".
Creo que me aplicaré el cuento...

... y para recordarmelo, pongo una foto de mi sonrisa, para verla siempre que entre en el blog, a ver si me autoanimo esos días.

27 agosto 2006

Tristeza

Esta mañana hacía un día precioso, los pájaros que tienen sus nidos en el arbol que está frente a mi ventana cantaban, había unos niños jugando a la pelota en el parque y mi casa estaba aún "dormida", se respiraba tranquilidad.
Sin embargo, me he levantado con un sentimiento de tristeza y de apatía bastante fuerte. Me parece que estoy en medio de todo, pero que no formo parte de nada y aunque esté rodeada de cosas bellas y de gente, siempre estoy absorta en algún pensamiento, en "mi mundo". No me interesan las conversaciones de la gente que me rodea y cualquier pequeño problema se me hace una montaña. Siempre había tenido las cosas claras, pero ahora no sé ni qué haré mañana.
Me siento como si estuviera en medio del mundo, metida en una burbuja de la que no puedo salir. ¿Será que no quiero salir?
Siento que me falta algo y no sé qué es. ¿Qué me pasa?

Salir


Hoy me ha llamado mi amiga (la única que considero amiga de mi grupo) para quedar para cenar. No he ido porque me ha avisado a las 22.30 de que iban a quedar a las 11 (bueno a ella también la han avisado a esa hora, pero su puerta es el punto de encuentro)... y además no tenía ganas ni de salir ni de coger el coche y tener que ir a toda prisa para llegar a la hora. Y menos para esto...
Por lo que se ve, ha venido una amiga del grupo, extranjera, que vino aquí para aprender español el año pasado y estuvo todo el verano súper unida a nosotros (para mi fueron 20 días, que es lo que tuve de vacaciones aquí...). Tanto que le hicimos una fiesta de despedida sorpresa con regalos incluidos (a mi ni siquiera me han hecho una quedada despedida, con todas las veces que me he marchado lejos, pero bueno, soy yo, no soy importante) y nos prometimos mantener el contacto con ella. No se cumplió la promesa, pero esta chica vino este febrero a pasar unos días y hubo bastante mal rollo con mi amiga, porque se quedaba en su casa (de sus padres, mejor dicho) y la extranjera quería hacer lo que le diera la gana, como si estuviera en un hotel y cuando no se puede, no se puede...
En fin, por lo que sé esta chica llegó a España hace mas de dos semanas y en su viaje no tenía planeado venir aqui, pero vino y no avisó a nadie. Ayer se la encontraron por la calle y dijo que no nos había llamado porque se le habian quedado los teléfonos en la tarjeta española del móvil. (Teniendo en cuenta que sabe de sobra donde vivimos y que es un poco raro que no se trajera la tarjeta -evitar el roaming y hacer llamadas baratas son puntos a favor de no dejarse esa cosa tan minúscula en casa-, parece que miente, pero bueno, habrá que darle el beneficio de la duda)
Me parece muy fuerte que después de todo hayan quedado con ella y que a mi me hayan llamado 30 minutos antes... sabiendo que soy la que más lejos vive! Y eso que ya lo tenían planeado desde ayer. Y que yo me tenga que enterar de todo por mi amiga, los demás, que nos vimos ayer, nada de nada.
Estos son los detalles que me cabrean y que me hacen decidir que mejor me quedo en casa, que yo no sirvo para falsear que me interesa ir a cenar con ella, si hace un montón de meses que no da señales de vida, ni que no pasa nada porque me avisen 30 minutos antes de que van a salir a cenar.
¡Es que no puedo con estas cosas!


La imagen del niño cabreado la he sacado de www.juanjez.com/nikis/productos.php. Hacen unas camisetas muy chulas, pasaos por la página y lo veis con vuestros propios ojos. Gracias a Juanjez por dejarme usar su niño cabreado.

24 agosto 2006

Sonrisa

Hay sonrisas que no son de felicidad, sino de un modo de llorar con bondad

Adiós, Miguel


Adiós, Miguel. Me equivoqué contigo.
Pensaba que podría compartir contigo lo bueno y lo malo, que yo estaría ahí para ti y que tú estarías para mi. Pensé que podía ser sincera contigo, que serías capaz de escuchar mis motivos y, al menos, intentar entenderlos. (Yo tuve que entender muchos de los tuyos...)
No pensé que fueses capaz de dejarme con la palabra en la boca y darme la espalda. No pensé que fueses a desaparecer sin más, con malos modos y gesto sombrío. No pensé tantas cosas de las que eres capaz...
Está claro, me equivoqué contigo.
Que seas feliz.
Adiós, Miguel.




Escultura de Gabriel Colunga

La cena

Anoche salí con mi grupo de toda la vida a cenar para celebrar un cumpleaños ya pasado. Era una celebración de cumpleaños que casi se retrasa un mes para que estuvieran "todos" y en la que, al final, faltó gente. Y ayer faltaron dos personas que, por la relación con la homenajeada, no me esperaba.
Llevo saliendo con esta gente desde hace... ufff, creo que hasta he perdido la cuenta, desde el colegio, vaya, como unos 15 años, pero desde hace un tiempo me parecen extraños. Se supone que son mis amigos, pero a excepción de una persona, los demás no han estado conmigo en casi ninguna de las ocasiones en las que se necesitan a los amigos. De hecho, si no fuera por esa persona que mencionaba antes, creo que ni siquiera me enteraría de que van a tomarse un café, ir al cine o cualquiera de esas cosas "tontas" que se hacen con los amigos.
Cuando me marché a estudiar fuera, puse todo mi empeño en no perder el contacto con todos ellos porque los consideraba mis amigos y me apenaba pensar en perderlos. Les mandaba cartas, postales de los lugares que visitaba, emails, mensajes... pero obtenía contadas respuestas y más bien escuetas. Cuando volvía, yo tenía miles de cosas que contarles (de hecho disfrutaba los momentos en los que acababa de llegar, los veía después de varios meses y les contaba todo lo relevante que me había pasado), y aunque ellos me escuchaban, después casi nadie me contaba nada y, con el tiempo, se me quitaron las ganas de contar mis cosas.
El resultado: mi grupo de amigos sabía de mí, de mi vida, de mis cosas... y ellos para mi eran casi unos desconocidos. Y al final, ellos tampoco sabían casi nada de mí, porque no les contaba grandes cosas cuando volvía.
Antes, como venía por pocos días, notaba todo esto, pero casi puedo decir que no me importaba (aunque intentaba, dentro de lo posible, adapatarme a ellos e integrarme, aunque tuviera que hacer cosas que no me resultaban agradables- como callarme ciertas cosas, por ejemplo-), porque sabía que acabaría volviendo a mi vida cotidiana, con los amigos que tenía (que tengo ahora lejos) y que a ellos sí que podía contarles todo lo que me había pasado en mi vuelta a "casa" y que ellos me contarían lo mucho que se me había hechado de menos (algo que, en este grupo, no recuerdo que me hayan dicho nunca... tampoco es que quiera que me lo digan todo el tiempo, pero de vez en cuando, no viene mal sentirse echada de menos!!!) y las "batallitas" que habían ocurrido sin mi.
Ahora, que he vuelto a "casa" (y lo pongo entre comillas, porque esta es la casa de mis padres y creo que yo ya no tengo una casa de verdad) de manera indefinida, esta situación me afecta mucho más que antes y vuelvo a intentar adaptarme a ellos, pero me parece que para estar con los amigos no es necesario forzarse para encajar, sino que simplemente se encaja. Y, por más que lo intento, no lo consigo y siempre acabo aburrida en los mismos sitios y con la misma gente desconocida. Al final, miro atrás, y me da pena porque siento que los he perdido...
supongo que algo debería cambiar, no?

23 agosto 2006

Home, sweet home

¡Cómo hecho de menos vivir solaaaaaa!
Levantarme cuando a mi me parecía oportuno (aunque fuese con el tiempo justo); Desayunar (o no, depende del tiempo que tuviera) sin que nadie me soltase una retahila ("¿No te hiciste ayer nada para almorzar hoy en el trabajo? Comer fuera todos los días no es bueno, que siempre cosas precocinadas... te va a subir el colesterol y vas a engordar. Además, te gastas mucho dinero, al final no vas a ganar nada, te lo dejas todo en gasolina y comida, hija. ¿Y qué vas a hacer cuando vuelvas de trabajar? Hija mía, que antipática estás por la mañana, claro, si te hubieses acostado anoche antes.... pero ¿te vas a ir sin desayunar?"); No tener que responder 300 veces a lo largo de la mañana a la pregunta de papá de "¿Qué quieres almorzar mañana?", "No sé ni lo que voy a comer hoy, ¿cómo quieres que te diga lo de mañana?", "Claro, ustedes tan traquilas y yo aquí todos los días preocupándome de ver qué se come... yo ya estoy muy harto, eh? Que tengo muy poca colaboración, blablabla..."; Irme con mis amigos por ahí hasta que me diera la gana sin dar explicaciones; Que nadie me cambiase mi serie favorita los martes por la noche -y lo más importante, poder escucharla!!!-; Tener mis cosas a mi manera (a veeerrrr, quién ha cogido mi sujetador bisón? Uys, nadie? Tendrá patas... y para qué me cogéis mis sujetadores, si tenéis una talla más que yo???); Acostarme a la hora que me pareciera bien ("¿Todavía estás con el ordenador y no te has duchado? Así no vas a rendir nada mañana, ¡apaga eso ya y acuéstate!); Dormir con el gato a mis pies ("¿Pero estás loca? ¡Que lo va a llenar todo de pelos! -como si el gato no tuviera ya toda la casa llena de pelos, que por cierto, solo yo limpio todos los días con la aspiradora, las demás hermanas son intocables, sufren alergia a la aspiradora-); Que no me despertarse nadie a las 7 de la mañana con los grandes éxitos de Paloma San Basilio (Papá, ¿no te gusta más escuchar las noticias o las tertulias matutinas en la radio y bajarle el volumen respetando el sueño de tus hijas y tus vecinos?); Limpiar sin que nadie venga detrás repasando o dando órdenes ("Escurre más la fregona, que dejas charcos", "¿Ya has limpiado los baños? Muy rápido me parece eso a mí, ¿seguro que lo has hecho bien?", "Eso no se hace así!!!!"); Salir de casa un domingo, después de una juerga, y dejar la cama deshecha sin que nadie me mirase con cara de "eso, muy bien, tendré que hacerlo yo..." o " ¿cómo osas salir de casa dejando las cosas desordenadas?"...
Y lo mejor de todo: que me hagan todo esto a mí, que tengo 25 años y llevo 6 viviendo fuera de casa y que mis hermanas, menores de edad, hagan lo que les dé la real gana...
¿Hogar familiar, dulce hogar?
Que viva la independencia! (y que bajen los alquileres o precio de compra de las casas!!!!)

22 agosto 2006

Unas alas para P


Por ser mi primer visitante (al menos conocido), ahí van esas alas por si el despegue te pilla "en bragas" :P
Espero que las uses pronto P!!!

Prisa


Tristeza... rareza.
La vida pasa fernética,
la gente pasa deprisa
y, estática,
sigo en medio de la gente
y la vida.

El levante


Parecía que hoy el viento de levante se había llevado mi malestar (aunque me ha traído un pequeño dolor de cabeza...), pero una llamada de teléfono lo ha fastidiado todo.
Han llamado de la comisaria por la denuncia de mi madre a mi hermana... Escribirlo ya me hace que todo dé vueltas! Se me pone un nudo en el estómago...
Ya iba siendo hora, porque ya hace un mes. Aun pasado un tiempo, no lo he digerido y me sigue pareciendo increíble que una niña de 16 años tenga tanto odio dentro hacia su familia como para ser capaz de levantarle la mano a una madre y "maltratar" psicológicamente a todo el mundo. Y esto último es lo que hace más daño, sobre todo a mi madre.
Me gustaría poder ayudarla (de hecho, si no me voy a buscar trabajo fuera o hacer algún curso fuera después de haber acabado la carrera, es por ella), pero por más que intento hacer cosas para ayudar (tanto a ella, como a todos los demás), nunca consigo nada bueno. Al final, siempre el reproche de "tú te callas, que tú no sabes nada" o "entre todos me vais a volver loca". A lo mejor es verdad que no sé nada, pero supongo que si fuera cierto yo sería feliz, es lo que tiene la ignorancia, se vive con menos preocupaciones.
No sé si hago bien en quedarme, porque no tiene sentido que yo sacrifique mi bienestar por intentar ayudar a mi familia y que ellos no pongan de su parte para hacerlo todo más fácil... al final, todos estamos mal. Si no me voy es porque no quiero sentirme mal después y para que luego no me digan que soy una egoista porque me marcho (nadie me dijo que irse fuera para formarse, estudiar y aprender era ser egoista, pero bueno, tendré que aceptarlo....) Me gustaría saber qué he hecho mal, que cosas podría cambiar para que todo fuese mejor, pero por más vueltas que le doy... nada.
En fin, me ha tocado una familia complicada y tendré que aprender a vivir con ellos... a no ser que el viento de levante me quiera llevar con él.

21 agosto 2006

Ultimamente...

Últimamente me dedico a observar a los demás y me he dado cuenta de que "espiar" al mundo puede convertirse en un espejo cruel. Me doy cuenta de lo sola que está mi vida, quizá no a simple vista (tengo familia y "amigos"), pero aun teniéndolos a ellos siento que no conecto con nadie, me parece que soy de otro planeta y ni siquera me dan la oportunidad de expresarles esa soledad que siento por dentro (de hecho, creo que ni se han dado cuenta de que hay algo diferente en mi). En la práctica es como si no tuviera a nadie.
Mi libro favorito, "El sabor amargo de la cerveza", dice en algún pasaje que esa soledad que arrastramos puede transformarse en un instrumento para descubrir lo mejor y lo peor de nosotros mismos, pero parece que yo aun no he encontrado ni una cosa ni la otra.
Por eso he decidido crear este blog, para contar las cosas que, últimamente, tienen sabor amargo y poder liberarme un poco de algunas cargas. A ver si así encuentro lo bueno y lo malo que tengo dentro. A ver si así, dentro de poco, puedo también escribir a qué saben las cosas más dulces de la vida...